El Parque Nacional de Cabañeros, ubicado entre las provincias de Ciudad Real y Toledo, es uno de los espacios naturales más importantes y mejor conservados de la Península Ibérica. Con más de 40.000 hectáreas, este parque es un santuario de la naturaleza.  Protege una de las mejores representaciones del bosque mediterráneo de Europa, un ecosistema vital y singular que ha sido declarado Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección para las Aves. Su paisaje, su fauna y su flora lo convierten en un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad.

El Parque Nacional de Cabañeros es un increíble espacio natural protegido de gran biodiversidad, bosques de alcornoques y fauna silvestre, como el águila imperial ibérica

La belleza de Cabañeros radica en su diversidad paisajística, que combina de forma magistral la raña, una llanura de terreno suavemente ondulado, con las sierras de Cabañeros y del Chorito. La raña es el resultado de la erosión y el depósito de materiales cuarcíticos, creando un paisaje abierto y despejado que recuerda a las sabanas africanas. En contraste, las sierras, con sus valles profundos y sus picos rocosos, ofrecen vistas panorámicas impresionantes. Los ríos y arroyos que atraviesan el parque, como el Bullaque y el Estena, esculpen cañones y formaciones rocosas que añaden dramatismo y belleza al entorno.

El parque es un testimonio vivo de la historia geológica de la región. Los fósiles de organismos marinos de la era Paleozoica, especialmente trilobites y graptolitos, que se encuentran en las rocas de las sierras. Son un recordatorio de que esta tierra estuvo alguna vez sumergida bajo el mar. Esta riqueza geológica, combinada con la vegetación densa y variada, le otorga al parque una importancia paisajística única. Esto proporciona un hábitat ideal para una biodiversidad excepcional.

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El entorno de Cabañeros no solo es visualmente impresionante, sino que también es un refugio crucial para numerosas especies. Su bosque mediterráneo alberga una flora rica en encinas, alcornoques, quejigos, madroños y brezos, que forman un matorral denso e impenetrable. Esta vegetación proporciona refugio y alimento a una de las poblaciones más importantes de ciervos y jabalíes de España, así como a especies más escurridizas como el corzo y la nutria.

Sin embargo, son sus habitantes alados los que le dan al parque un estatus especial. Cabañeros es conocido como el «Serengeti español» no solo por sus llanuras, sino también por ser uno de los últimos baluartes para aves rapaces en peligro de extinción, como el águila imperial ibérica y el buitre negro. El avistamiento de estas majestuosas aves planeando sobre las sierras es una experiencia inolvidable.

Otros depredadores como el lince ibérico, aunque difíciles de ver, también encuentran en Cabañeros un hábitat propicio. El silencio, roto solo por el canto de los pájaros o la berrea en otoño, invita a la introspección y al disfrute pleno de la naturaleza. Cabañeros es, en esencia, un espacio para la conservación, la contemplación y la conexión con el mundo natural.

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