El Sultanato de Omán es considerado uno de los estados más seguros y estables de Oriente Medio. Lo que primero llama la atención es la hospitalidad y la educación de sus habitantes. Además, sus increíbles paisajes de desiertos, de playas sin fin y de increíbles montañas; su turismo poco masificado y su rica cultura, son razones más que suficientes para querer visítalo.

El Sultanato de Omán está situado al sur de la Península Arábiga, sus paisajes, la amabilidad de sus habitantes y su rica cultura son grandes motivos para querer visitarlo

Muchos conocen a Omán por ser escenario de las aventuras de Simbad el Marino o por ser el mayor productor de incienso del mundo. Pero lo que pocos conocen son sus maravillosas playas vírgenes con aguas color turquesa, ni sus increíbles desiertos con los amaneceres más bellos del mundo. Está considerado uno de los mejores destinos de Oriente Medio.

La capital de este Sultanato es Mascaté. Para conocer de primera mano su cultura y sus gentes se debe acudir a su antiguo bazar, situado en el barrio de Mutrah. Nos encontraremos en un gran laberinto de callejuelas con puestitos de especias, dátiles, incienso,… sus aromas nos embriagarán.

El emblema de la ciudad es la Mezquita del Sultán Qaboos. Sus cinco minaretes, jardines, patios y la gran sala de oración sorprenden a los visitantes. En esta gran sala se encuentra la segunda alfombra más grande del mundo y una lámpara que pesa aproximadamente 80 toneladas.

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En la parte antigua de la ciudad, Old Muscat, encontramos el Palacio Presidencial y el Museo Bait Al Zubair, el lugar perfecto para conocer más en profundidad la cultura omaní. El enclave de la antigua ciudad es de cuento. Rodeado de imponentes montañas.

En la costa encontramos la ciudad de Sur, donde se dice que vivió Simbad el Marino. Además de su importancia por albergar una importante industria naviera, sus increíbles playas la convierten en un lugar único. En estas playas acuden cada año a desovar las tortugas verdes, especie en peligro de extinción. Para protegerlas se ha creado la Reserva de Ras Al Jinz.

Además, no se deben de dejar de visitar los wadis. Estas pozas de aguas cristalinas y puras están ocultas entre cañones y montañas. Los más famosos son Wadi Khalid, con restaurante con vistas, o el Waki Snab, que se debe acceder en barca.

Debemos recordar que gran parte del territorio de Omán es desierto, por lo que no debemos dejar de disfrutar una maravillosa experiencia: una noche bajo las estrellas en el desierto de Wahiba Sands. Sus dunas infinitas, anocheceres únicos y de amaneceres de ensueño, lo hacen la guinda de esta increíble visita a Omán.

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Imagen de portada: Caldana Europe Travel Srl

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