El Real Sitio y Villa de Aranjuez está situado a menos de cincuenta kilómetros de Madrid capital. Su historia, naturaleza, cultura y gastronomía lo hacen el sitio perfecto para disfrutar de una maravillosa escapada.
Aranjuez posee un increíble patrimonio histórico, natural y cultural, recorrerlo es conocer mucho más nuestra historia
A orillas del río Tajo encontramos el Real Sitio y Villa de Aranjuez. Su paisaje cultural le ha servido para que en 2001 la UNESCO lo nombrase Patrimonio Mundial. Ha sido utilizado por la realeza durante siglos como lugar de veraneo y ocio. Y han dejado su legado en forma de magníficas construcciones, impresionantes jardines y huertas históricas.
En nuestra visita a esta bonita villa no se puede dejar de visitar el Palacio Real, que tardó 200 años en construirse (del siglo XVI al siglo XVIII). Sus suntuosas estancias nos maravillarán, como el Salón de Baile, el tocador de la Reina o el Gabinete de Porcelana.
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En la zona del Embarcadero Real encontremos el Museo de las Falúas Reales. Estas embarcaciones eran utilizadas por los reyes para sus paseos por el río. Además de falúas, se exhiben otro tipo de enseres y artilugios de navegación.
También encontraremos la Plaza de San Antonio, la Casa del Labrador, la estación de ferrocarril o e mercado de abastos. Pero si hay algo que no debemos dejar de hacer es pasear por los magníficos jardines del Palacio Real.
Cualquier estación del año es buena para disfrutar de este bonito entorno, pero nosotros preferimos el otoño. Las distintas tonalidades ocres nos maravillarán. El Palacio Real está rodeado aproximadamente con 110 hectáreas de jardines con mucha historia.
El Maestro Rodrigo se inspiró en estos jardines para componer su famoso “Concierto de Aranjuez”. La belleza que desprende estos jardines es sublime. El jardín más cercano al palacio es el Jardín del Parterre. Está hecho en estilo inglés. A este jardín le sigue el de la Princesita, el de la Isla y el del Rey.
El último y casi el más importante por extensión y forma es el del Príncipe. Es el más extenso y florido. Se hizo por iniciativa de Carlos IV, siendo aún príncipe. Destacan las construcciones con las que cuenta y su gran cantidad de especies botánicas traídas de todo el mundo. En el encontramos el embarcadero, el Estanque de los Chinescos y las fuentes de Apolo y Narciso.
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