República Dominicana es un país con un encanto único. Al noroeste del país encontramos Samaná, una península considerada lo mejor del país caribeño. Aunque es una zona con buena infraestructura hotelera, aún no ha llegado el turismo de masas. Cuenta con zonas casi vírgenes donde los amantes de la naturaleza disfrutarán a tope.

La Península de Samaná, República Dominicana, cuenta con un sinfín de rincones naturales alejado del turismo de masas, todo un paraíso

Al norte de República Dominicana encontramos este paraíso natural. A pesar de poseer una buena infraestructura hotelera, está muy lejos del turismo de masas de Punta Cana. Si queremos conocer el espíritu caribeño con tranquilidad y en profundidad este es nuestro lugar.

Lo primero que llama la atención al llegar son sus interminables playas de arena blanca, con aguas turquesas. Es visita imprescindible a Playa Cosón, quizás una de las mejores de todo el país. Sus aguas transparentes invitan al baño. Esta playa conecta con Playa Bonita a través de un agradable paseo. Otras playas cercanas son Playa Escondida o Las Terrenas.

Una playa que aún se conserva virgen es Playa Frontón. Para llegar a ella se debe recorrer un camino con bastante dificultad. Por lo que es recomendable llegar en barca desde Las Galeras. Esta playa es espectacular. Está junto a una gran pared vertical de piedra y rodeada de un bosque de palmeras. Un verdadero paraíso.

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Para obtener las mejores vistas de la costa de Samaná debemos visitar el Mirador Mi Paraíso. La panorámica que ofrece la Bahía de Cosón y Playa Bonita es única. El contraste del color azul turquesa del mar con el verde del bosque tropical es increíble.

El Salto del Limón es una cascada de 40 metros de altura, situada en medio de un frondoso bosque tropical. Para llegar hasta aquí se debe seguir una sencilla ruta de senderismo llamada “El Sendero del Café”. Se tardará unos 45 minuto en llegar. La recompensa es disfrutar de un refrescante baño en las aguas que forman una piscina natural.

Y otra actividad que no deben perderse los amantes de la naturaleza es avistar ballenas jorobadas. Se toma un barco desde el Puerto de Santa Bárbara. Estas ballenas acuden a las aguas cálidas de la zona, procedentes de los mares del norte. Una experiencia única que hay que vivirla.

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