Rouen, capital histórica de Normandía y una de las ciudades más bellas del norte de Francia, es un destino donde la historia, la cultura y la arquitectura conviven en perfecta armonía. Situada a orillas del río Sena, su casco antiguo de calles adoquinadas, casas de entramado de madera y monumentos góticos la convierten en una auténtica joya medieval. A lo largo de los siglos, Rouen ha sido escenario de episodios decisivos, cuna de grandes artistas y refugio de una identidad normanda que aún se respira en cada rincón.

En Rouen, cada fachada, calle y monumento cuenta una historia; es una ciudad donde la memoria de Juana de Arco, la majestuosidad del gótico y el encanto normando se unen para crear un lugar inolvidable que sigue enamorando a viajeros de todo el mundo

Uno de los mayores atractivos de la ciudad es su extraordinaria Catedral de Notre-Dame de Rouen, uno de los templos góticos más impresionantes de Europa. Su fachada, que inspiró una serie de célebres pinturas de Claude Monet, destaca por sus detalles escultóricos, su verticalidad y su torre-linterna, la más alta de Francia. En su interior descansan los restos del corazón de Ricardo Corazón de León, lo que subraya la relevancia histórica de este monumento.

El centro histórico es un museo al aire libre. Al caminar por sus calles se descubren casas medievales perfectamente conservadas, plazas con encanto y pequeñas tiendas tradicionales. Muy cerca se encuentra el Gros-Horloge, un espectacular reloj astronómico del siglo XIV instalado en un antiguo arco sobre la calle principal. Su esfera dorada y su mecanismo histórico lo convierten en uno de los símbolos de la ciudad.

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Otro lugar emblemático es la Iglesia de Santa Juana de Arco, erigida en la plaza donde la heroína francesa fue quemada en 1431. Su arquitectura moderna, que evoca llamas ascendentes, contrasta con la tradicional plaza del Vieux Marché y recuerda la fuerza del legado histórico de Juana, inseparable de la identidad de Rouen.

La ciudad también alberga importantes museos como el Museo de Bellas Artes, con obras de Caravaggio, Velázquez, Delacroix o Monet, y el Museo Le Secq des Tournelles, dedicado al arte en hierro forjado. Estos espacios culturales demuestran la profunda relación de Rouen con el arte, especialmente durante el periodo impresionista.

El entorno natural que rodea la ciudad es igualmente cautivador. El valle del Sena ofrece paisajes verdes, colinas suaves y rutas ideales para paseos o excursiones en bicicleta. A poca distancia se encuentran los acantilados de Étretat y la costa normanda, escenarios de una belleza salvaje que inspiraron a poetas y pintores.

Rouen combina a la perfección su esencia medieval con un ambiente moderno y dinámico. Cafeterías acogedoras, mercados locales, festivales culturales y rincones tranquilos junto al Sena hacen de esta ciudad un destino vibrante pero lleno de serenidad.

En Rouen, cada fachada, calle y monumento cuenta una historia. Es una ciudad donde la memoria de Juana de Arco, la majestuosidad del gótico y el encanto normando se unen para crear un lugar inolvidable que sigue enamorando a viajeros de todo el mundo.

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