En medio del Mar Mediterráneo encontramos las Islas de Malta, entre Libia, Túnez e Italia. Su larga historia ha dejado un gran legado de cultural. Por ella han pasado sicanos, fenicios, griegos, romanos, bizantinos, árabes, … Los griegos la bautizaron como “melite”, cuyo significado es dulce como la miel. Y es la excelente calidad de su miel la ha hecho mundialmente famosa. Además de esta exquisitez, posee mucho más: calas de ensueño, un patrimonio histórico único, valles, acantilados, encantadores pueblos, una rica y variada gastronomía, etc.

Las Islas de Malta están situadas en el corazón del Mar Mediterráneo, poseen increíbles rincones naturales y bonitas ciudades con encanto que atrapan al visitante

La República de Malta es un pequeño archipiélago al sur de Italia. Es visitada por miles de turistas deseosos de conocer sus tesoros ocultos y de disfrutar de una rica gastronomía. Los griegos ya la bautizaron como la tierra de la miel, única ya que la producen especies endémicas.

Su capital es la ciudad de La Valeta. Esta pequeña ciudad es increíblemente bella. Destaca su arquitectura barroca. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1980. Vale la pena pasear por sus callejuelas y plazas con un increíble encanto medieval y antiguas iglesias de estilo barroco. 

Además posee otros dos sitios incluidos en la lista Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: el Hipogeo de Hal Saflieni y los siete templos megalíticos. El primero es el único templo subterráneo prehistórico que se conoce. Data del 2500 a.c., fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1980.

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Desde Valeta parte un barco que nos llevará a las tres ciudades más bonitas de Malta: Victoriosa, Senglea y Copiscua. Esta ruta nos hará conocer estas ciudades históricas, con edificios barrocos y grandes fortificaciones.

Un bonito rincón natural que no debemos perdernos es la Gruta Azul. Un barco nos adentrará en esta increíble ruta con aguas de azul turquesa. Si no queremos coger el barco podemos ir al Mirador de la Gruta Azul. Desde aquí podemos disfrutar de increíbles arcos de piedra y de las aguas cristalinas que lo rodean.

Estas son sólo unas pinceladas de los lugares que se pueden visitar en la Tierra de la Miel, pero hay muchos más por descubrir.

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