Ubicada en el corazón del Atlas Medio, Ifrane es una de las ciudades más singulares de Marruecos. Con su arquitectura de estilo europeo, calles limpias y un clima fresco, a menudo es apodada la “Suiza de Marruecos”. Su belleza paisajística, sus bosques de cedros y sus inviernos nevados la convierten en un destino ideal tanto para el descanso como para el turismo activo.

La ciudad marroquí de Ifrane sorprende por su gran contraste con el resto del país por su clima, su arquitectura y su entorno natural

Ifrane fue fundada en 1929 por los franceses durante el periodo colonial. Su diseño urbanístico se inspiró en los pueblos alpinos europeos, con casas de techos a dos aguas para resistir las fuertes nevadas invernales. A diferencia de otras ciudades marroquíes, Ifrane se concibió como una ciudad de veraneo para los colonos franceses que buscaban escapar del calor del desierto.

Con el tiempo, la ciudad se convirtió en un destino popular entre los marroquíes y un centro educativo de renombre, gracias a la Universidad Al Akhawayn, una de las instituciones más prestigiosas del país, fundada en 1995 con un sistema educativo basado en el modelo estadounidense.

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Uno de los símbolos más icónicos de Ifrane es la escultura del león de piedra, una estatua tallada a mano que rinde homenaje a los leones del Atlas, una especie que alguna vez habitó la región pero que actualmente está extinta en la naturaleza.

El Parque Nacional de Ifrane es otro de los grandes atractivos de la ciudad. Este vasto espacio natural alberga los majestuosos bosques de cedros del Atlas, donde es posible ver a los famosos monos de Berbería, una especie de primate que solo se encuentra en esta parte del mundo.

Durante el invierno, Ifrane se convierte en un destino de esquí, gracias a la estación de Michlifen, que ofrece pistas para esquiadores de todos los niveles. En verano, la zona es ideal para el senderismo, el ciclismo de montaña y la observación de aves.

A poca distancia de la ciudad, se encuentra Ain Vittel, un manantial de agua cristalina rodeado de exuberante vegetación, perfecto para paseos a pie o a caballo.

Lo que hace a Ifrane tan especial es su apariencia única en Marruecos. Las casas con techos rojos, las avenidas arboladas y los jardines bien cuidados le dan un aire de pueblo europeo. La ciudad está impecablemente mantenida y su entorno natural la convierte en un remanso de paz. Su arquitectura, su clima y su entorno natural la convierten en una escapada perfecta para quienes buscan tranquilidad y naturaleza en un ambiente diferente al típico paisaje marroquí.

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Imagen de portada: Turismo Marruecos

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