Muy cerca de Burdeos, Francia, encontramos un pueblo sacado de un cuento de hadas. Este pueblo es Beynac-et-Cazenac. Custodiado por un imponente castillo de la época medieval, es una verdadera joya escondida en la Región de Nueva Aquitania.

El pueblo de Beynac-et-Cazenac, Francia, forma parte de la región histórica y cultural Périgord Noir, por su gran belleza y rica gastronomía

La Región de Périgord Noir está formada por un conjunto de pueblos cuya característica común es su arquitectura medieval, entorno natural y rica gastronomía. Es la zona perfecta para viajar en coche y empaparse del arte y la belleza de la naturaleza. De entre todas las villas que forman esta región nos quedamos con Beynac-et-Cazenac.

Lo primero que llama la atención al llegar a esta bella villa es su imponente catillo. Está situado sobre un peñón rocoso. Su torre tiene una altura de más de 150 metros sobre el río Dordoña. A pesar de haberse construido en el año 1115 se conserva muy bien y se puede visitar. Fue un enclave importante en la “Guerra de los Cien Años”. Por él han pasado personales históricos destacados, como Ricardo Corazón de León.

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A los pies de la fortificación se asienta esta maravillosa villa. Sus callejuelas invitan al paseo, invitan a disfrutar de las fachadas de las estrechas casas pintadas en tonos ocres y dorados. Sin duda pasear por ella es vivir en un cuento de hadas.

El río Dordoña hasta el siglo XIX sirvió como canal para transportar mercancías. Hoy en día se puede navegar en antiguas gabarras o en pequeñas embarcaciones para disfrutar del entorno. El lugar perfecto para poder tener una buena panorámica del castillo. Y como no, antes de irnos se debe degustar su rica gastronomía: quesos, setas, foie gras, trufas y excelentes vinos.

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Imagen de portada: Sandaya

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