Capital de la región de Puglia, en el sur de Italia, Bari es una ciudad vibrante que combina el encanto de su centro histórico con la modernidad de su puerto y su animada vida social. Situada a orillas del mar Adriático, ha sido durante siglos un punto estratégico de comercio y cultura, donde se han mezclado influencias romanas, bizantinas, normandas y aragonesas.
Con su historia milenaria, su vida cotidiana auténtica y su extraordinaria gastronomía, Bari se revela como una ciudad que combina tradición y modernidad, ideal para quienes buscan la esencia del sur de Italia en un solo lugar
El corazón de la ciudad es el Bari Vecchia, el casco antiguo, un laberinto de callejuelas estrechas, plazas pintorescas y rincones que rezuman autenticidad. Allí se encuentra la Basílica de San Nicolás, uno de los templos más importantes de la cristiandad. Construida en el siglo XI, alberga las reliquias del santo patrón de la ciudad, venerado tanto por católicos como por ortodoxos. Su interior, de sobria belleza románica, es un lugar de peregrinación internacional.
Otra joya del casco antiguo es la Catedral de San Sabino, también de estilo románico, levantada sobre restos bizantinos. Pasear por Bari Vecchia permite descubrir balcones decorados con ropa tendida, vecinos conversando en las puertas y mujeres elaborando a mano las famosas orecchiette, la pasta típica de la región, un espectáculo que convierte la visita en una experiencia genuina.
El Castillo Normando-Suevo, mandado construir por Roger II de Sicilia en el siglo XII y ampliado por Federico II, es otro de los monumentos más relevantes. Sus sólidas murallas y torres reflejan la importancia defensiva que Bari tuvo como ciudad portuaria. Desde allí, las vistas al mar son magníficas.
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Más allá del casco antiguo, Bari cuenta con un elegante barrio nuevo, con amplias avenidas y edificios de estilo decimonónico. El Teatro Petruzzelli, inaugurado en 1903, es uno de los templos de la ópera más importantes de Italia y un símbolo cultural de la ciudad.
En cuanto a gastronomía, Bari y la región de Puglia son un paraíso para los paladares. La cocina se basa en ingredientes sencillos pero sabrosos: pasta fresca, aceite de oliva, verduras de temporada y pescado del Adriático. Además de las orecchiette con cime di rapa, destacan la focaccia barese, elaborada con tomate y aceitunas, y los mariscos fresquísimos que abundan en sus trattorias y restaurantes del puerto. Como colofón, un buen vino local, como el Primitivo o el Negroamaro, completa la experiencia culinaria.
Bari es también un excelente punto de partida para explorar los alrededores de Puglia, con destinos tan espectaculares como Alberobello, Polignano a Mare o la ciudad barroca de Lecce.
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